Es un grandísimo empacho,
El duro trabajo diario,
Del sufrido funcionario.
Pasando el día en el despacho.
No es ninguna maravilla,
La mañana ya te pesa,
Sin moverte de la mesa.
O atendiendo en ventanilla.
Estás siempre ocupado.
Parco instante el bocadillo,
Apenas es un ratillo.
Atento al administrado.
“Señor no le quiero mal,
Al reglamento soy fiel,
Rodeado de vil papel.
A todos les trato igual.”
No te olvides de fichar.
Hoy te ves afortunado,
Una sonrisa han mostrado.
Justo antes de terminar.
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