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CEI comenzo su andadura como un blog de poesía clásica con un cierto contenido personal, que poco a poco fue tomando más protagonismo, hasta llegar a la actual fase en la que el sentimiento predomina sobre el entorno.
Alzo la vista al frente sin mirar,
Tan sólo siento,
Me sumo al entorno.
Percibo la brisa en la cara,
Deleitando mi tacto.
Su frescura me acerca aromas
Que me recrean un vergel.
Ahora me concentro en los sonidos.
La vida palpita a mi alrededor,
Concentrado puedo oír
Hasta la hierba
Creciendo bajo mis pies.
Curiosamente al eliminar
El más usual de mis sentidos,
El resto se acrecientan.
Es un dejar de ver
Para sentir.
¿Ver para creer?
Dejo de ver para creer en lo que siento.
Un mundo que me rodea,
En el cual me fundo
Y participo de cada instante.
No hay mayor ceguera
Que la de aquel
Que tan sólo ve.
Vi la luz en tus ojos
Al mismo tiempo que tú.
Sentí tu frío
Y mis brazos te cobijaron.
Tu llanto se calmo
Con mi contacto.
Supe que nada sería igual,
Supe que mi vida
Tenía un nuevo sentido,
Supe que tu destino
Por mi sería construido,
Supe que tus pasos,
Por mi serían seguidos.
Me dedicaste
Una de tus primeras palabras.
¡Papa!
Guié tus primeros pasos
Y aun hoy me tienen en vilo.
Vi en tu rostro
Alegrías y penas,
Viví contigo
Tus juegos y quejas.
Creciste conmigo,
Seguro de ti,
Amado y querido.
Vi en tus ojos
La mirada de los míos.
Nació tu hijo,
Mi nieto
Y lo viví
Con la misma pasión,
Que lo viviste tu mismo.
Cuidé de tu descendencia
Que es la mía misma.
El trabajo te apartó de ellos
Como a mí me apartó en su día.
Fue mi padre
Quien de ti cuidó
En mis ausencias,
Fui yo
Quien veló las tuyas,
Cuidando de mi nieto,
Como de ti mismo.
No me valgo hoy,
En el otoño de mi vida
Y eres tú quien me cuida,
Como lo hiciera yo,
Con mi padre aquellos días.
Ser padre nunca se olvida
Tres veces sucede,
No hay conciencias dormidas.
Imagen procedente de :
http://www.entrepadres.com/wp-content/uploads/2008/07/manitos.jpg
Érase un gran pueblo
Con un pésimo gobierno,
Sus vecinos eran pueblos aliados,
Afines a él, con quien hermanaban.
Profundamente preocupados
Le vaticinaban un nefasto futuro,
Pero desde el primer erudito
Hasta el último gañán,
Siempre decían lo mismo:
-Es cosa nuestra.
-Que no se metan.
Lo más triste era
Que en el fondo
Bien sabían la verdad
De lo que oían.
Lamentablemente los problemas
Se han de arreglar “desde dentro”
Siendo la solución simultáneamente
El origen del caos,
Enderezarlo es poco menos que utópico.
Ya se sabe:
Nunca habrá de pasar frío
Quien a su antojo maneja
Calor de leño encendido
Impertérrito a tu queja.
Es curioso,
Tantas estrellas juntas,
Tanta luz,
Realmente asemeja,
Al fluido de vida,
La verdadera ambrosía,
Pues dona existencia
Sin mitigar a quien la entrega.
Un camino,
Un camino en el firmamento.
Más visible
En las noches de verano.
Indica el camino al peregrino,
Como la estrella
Que guió hasta el Mesías.
Los caminos
En ocasiones son inciertos,
No es así en este etéreo sendero.
No te perderás en él.
No buscarás atajos,
No sufrirás tropiezos
Ni sentirás cansancio.
La vida es un camino,
Pero no el de las estrellas,
Por eso no es blanco.
¿Tal vez rosa?
¿Tal vez gris?
Bien seguro es...
Que depende de ti.