De este modo ajusticiaban,
En voz del suboficial,
Se iniciaba aquel final,
Así al preso fusilaban.
¡Atención el pelotón!
¡Soldados, las armas carguen!
Del suelo las armas se alcen
Apuntando al corazón.
¡Apunten las armas fusileros!
¡Fuego! truenen los disparos.
En el fin del condenado
Las lágrimas puedo veros.
Ya sin piedad honesta
Quien el grito había dado,
Se aproxima al desgraciado
Y el tiro de gracia asesta.
Los que la dicten y nombren
O exijan del reo la muerte
En ésta tan funesta suerte,
Peor que éste se comporten.
Su conciencia la remuerdo
Nunca es lo mismo desearla,
Que por desgracia asestarla.
Leed esto para entenderlo
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