No tengo nada en el compás de espera.
En el lamento me consumo yerto.
Es un morir quedo, pausado y lento.
Estoy atrapado en la sellada esfera.
Los días siguen transcurriendo fuera,
Aquí no avanzan, pasan como el viento.
Quiero y los cuento, pero no los siento.
Vivirlos todos es lo que quisiera.
Tan sólo ansío rebasar la meta,
Cargo aquella losa que me fue impuesta,
Rogando aquel absurdo y cruel profeta,
Que pérfido y voraz mi vida resta,
Al tiempo que mi paciencia reta.
Saldré a la existencia tras esta cuesta.
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