Cae sobre mí
En un viscoso pesar,
Me envuelve
En un asfixiante abrazo.
No puedo zafarme,
Es inútil lucha.
Aún, enclaustrado,
Cubre los muros,
Que tan sólo en apariencia
Me guardan de sus fríos.
Devora la claridad y el calor,
Dejándome los resquicios
Que no alcanza.
Mostrando finos hilos
Que albergan la esperanza,
Albor tras el túnel,
Sonrisa en el dolor,
Como bálsamo que calma.
Camino en escasa luz,
Abstracta, cuasi-falsa.
Blanca e intensa,
Pero de brillo escasa,
Fría cual fluorescencia.
Aturde mi pensar,
Atrapándolo en su red,
Tupida y firme.
Aún lucho por liberarme.
La miro y la reto
¡No, no me retendrá!
En breve se disipará.
Parece contestar mi grito,
Comienza a desvanecerse.
Laudo me elevo,
Como víctor
De la más cruenta batalla.
La luz es mi aliada,
A mi grito se suma
Devorando a nuestro enemigo.
Tras la niebla quedó…
El más bello escenario.
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