En lo más crudo del invierno,
Abatido por su cruel azote,
Fieras acechan
Ávidas de la carne
De su presa extenuada.
En penosa retirada
Ante la imposibilidad
De hacer frente
A sus temidas fauces.
El frío y el duro camino
Mermaron las fuerzas
Del gran oso pardo
Hasta convertirlo
En un frágil corzo.
Sólo al resguardo
Hará frente,
Sólo al sentir
Su espalda a salvo,
Irguiéndose abatirá
Al tenaz depredador.
El viento le llama
Con su gélido flagelo,
Pero no siente dolor de éste
Siente su poder
Y lo hace suyo,
Pues le aporta
En su ir y venir,
El conocimiento del entorno,
Le silva como en una melodía,
El camino hacia el lar
Donde hará frente
A quien le hostiga.
La guarida donde aguarda su pareja,
Que lanza su llamada apremiante,
Haciéndole saber
Que luchará junto a él,
Mano a mano,
Corazón con corazón.
No caerá en la larga noche invernal.
No será pasto de su enemigo.
Tornará el aliento
Junto a su amada.
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1 comentario:
Difícil aunque muy bien escrito, como siempre Beni. Me ha gustado mucho.
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