Estando San Pedro ebrio,
Jesús le preguntó
qué fue lo que le dejó en ese estado.
No quiso decirle que de parra o vid se hartase,
temiendo que el Señor en aquella fruta enmendase.
El santo le dijo que de la higuera consumió.
No ignorando la treta
el Altísimo, jocoso le contestó
que ignoraba que dicho árbol dos frutos diera
y de chanza así lo provocó.
Cuentan que desde entonces
la higuera da dos frutos:
brevas e higos, en ese orden.
Benigno Lorenzo Méndez
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