En ese instante…
Sientes el pulso
golpeando en las sienes.
La respiración se
congela
en la boca y ésta
te sabe a metal.
El aliento no halla
cabida en el pecho,
en éste el corazón
bate a punto de salir.
Hueles tu exudación.
Las manos se humedecen,
Y el pulso tiembla
infame.
En ese instante…
Me grito: ¡Soy yo!
Nadie es más que yo.
Si otro puede hacerlo,
yo lo haré también.
Mi vista y mi oído
se agudizan,
aliándoseme.
Siento un calor en el
pecho
que controla mi
respiración.
Mi mente se abre,
y tan solo capta
Lo que me rodea.
Fuera quedó,
lo que me bloqueó
El coraje llega
igual que el miedo.
En ese instante.
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