Anhelo la caricia,
Anhelo el tacto.
La corta distancia,
La piel rozando.
Calor transmitido
Por cercano contacto.
Siento las risas,
Siento el afecto,
El amor
Que me estas dando.
Viaja mi mente
Hasta la tuya,
Mas tu roce
Lo estoy llorando.
Anhelo tu presencia,
Tangible,
Un sueño dorado.
CEI comenzo su andadura como un blog de poesía clásica con un cierto contenido personal, que poco a poco fue tomando más protagonismo, hasta llegar a la actual fase en la que el sentimiento predomina sobre el entorno.
lunes, 13 de diciembre de 2010
Yayo Valentín
Colmado estás amigo mío.
Dos son pareja,
Fémina y varón que
Garantizan tu noble estirpe.
Yayo te llamaron con ella,
Yayo con él, ora también.
Bienaventurado tú y los tuyos
Por estos dones divinos.
Muchos años te conceda la dicha,
Dios o el hacedor,
Para recrearte con ellos
Y guiarles en el camino de la vida,
Como educaste a quien les alumbró.
Dedicado a mi amigo Valentín (El clásico)por el nacimiento de su segundo nieto.
Dos son pareja,
Fémina y varón que
Garantizan tu noble estirpe.
Yayo te llamaron con ella,
Yayo con él, ora también.
Bienaventurado tú y los tuyos
Por estos dones divinos.
Muchos años te conceda la dicha,
Dios o el hacedor,
Para recrearte con ellos
Y guiarles en el camino de la vida,
Como educaste a quien les alumbró.
Dedicado a mi amigo Valentín (El clásico)por el nacimiento de su segundo nieto.
jueves, 2 de diciembre de 2010
Imutable amor
Si realmente amas,
No intentes mutar
Según tus designios
Al dueño de tu corazón,
Emplea el esfuerzo
En comprenderlo.
Si su parecer forzado cambiase,
No la haría en tu criterio
Y si el tuyo quebrado se viera.
Tú serias la primera víctima
De tu traición.
No intentes mutar
Según tus designios
Al dueño de tu corazón,
Emplea el esfuerzo
En comprenderlo.
Si su parecer forzado cambiase,
No la haría en tu criterio
Y si el tuyo quebrado se viera.
Tú serias la primera víctima
De tu traición.
Lágrimas negras
Caminan mis recuerdos
Hasta el norte,
A su cuenca minera.
Aún siento el sabor
De la antracita en mi boca
Como cuando siendo niño
Mascaba el lápiz inquieto.
Amado Bierzo,
Te echo de menos tanto.
Tu fresca brisa,
Tus verdes campos.
Tu idílico recreo
No fue la empresa
Que hasta ti me guió,
Fue el origen
De la cruel herida
Que muta tus campos
En paisajes lunares,
Generados por la cruel
Acción del ser humano.
Lágrimas lloré
Al ver morir tu paraíso.
Allá donde sufre el noble minero,
Su dura vida tan sólo la conoce
Quien la noche cubrió
Engullido por las entrañas de la tierra,
Aquél que buscando el pan,
Sólo halló carbón y sudor.
Lloran los mineros lágrimas negras
Por sus compañeros caídos.
Lágrimas negras de impotencia
Ante aquél que antepuso el vil metal
A la irremplazable vida humana.
Lloran lágrimas negras desesperados,
Pues a quien la mina no mata,
Lo condena la silicosis.
Nunca bajará al pozo,
Quien de él más se lucra.
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