Nos sorprende una y otra vez.
No la esperamos, no la deseamos.
inevitablemente llega nos arrebata
TODO.
Nos levantamos como Atlas,
con los hombros lastrados
por un peso impuesto
y apenas soportable.
Buscamos en nuestros cercanos,
un apoyo, un consuelo...
Solo el tiempo, el amor,
y la esperanza del mañana,
con aquellos que nos aman,
nos regresa y nos calma.
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