Sube el mercurio,
Laten las sienes.
Perlada la frente,
Voces te hieren,
gritos ausentes,
reales se sienten.
Aliento que falta,
calima lo resta,
Bombeando la ira
Que en mente se gesta.
Nadie te odia,
Nadie presiona,
Tan sólo el calor
rala tu persona.
Sufre ante ti,
tu semejante,
Pugnado en lidia,
instinto y civismo
sumando su mal,
al grueso del tuyo,
tórrido pesar,
en él es el mismo.
Tan solo un gesto,
Un simple ademán,
Decide el destino.
Descargas tu odio
O hermanas lamento.